jueves, 13 de agosto de 2009


La vida se hace más pesada y las miradas no son desviadas
los latidos golpéan fuertemente en el pecho
y el cuerpo tiembla de ansiedad y emoción
Lentamente las existencias se acercan
pero no se tocan
y lamentan,
lamentan la ida de la otra persona
se extrañan y cuando vuelven a mirarse
con la mirada se dan las gracias
Los saludos son lo de menos
porque lo que realmente importa
es la seguridad de cada uno por el bienestar del otro.
Perdón si no te hablo, si no te escucho o no te miro
La incertidumbre nos acecha
de saber qué pasará
después de cada hora que la vista no disfruta del ser de la otra persona
sí, porque ya es mucho si nos dirijimos la palabra
nos conformamos solo con la mirada.



Leticia Becerra Iro medio A